Me propone viajes que haremos
cuando la piel se nos caiga de a poco. Cuando me dice que me llama, no me
llama, y cuando no espero que me llame, me llama. Me pide, exige, que cambie la
dieta. Me mira en silencio y no me cree. Le da otra vuelta a mi palabreo y me
deja mudo. Cada vez que intento nuevo temas, me corrige con la cara
imperturbable. Me habla cuando no estoy y cocina que da gusto. Se siente si no
le pregunto cómo va la cosa. Dice que estoy mucho mejor ahora, que antes
parecía un nerd. Me regala invitaciones a almorzar, con largas tardes de vino y
recuerdos. Que no coma tanta sal y atenti con el whisky. Suele saber de mí
cuando ni yo sé. Al borde del llanto, pero digna, me narra lo que le duele.
Desaparece cada cierto rato y siempre vuelve más bonita. Se ríe de mí con toda
propiedad. Me demoré un rato en dejar de extrañarla y cuando pude, puso una
bandera en el patio. Me reta con sobriedad y yo agacho el moño. Sabe que la
echo de menos entre 6 y 9, y solo le importa lo justo. Es linda cada mañana. Me
cuida de los malos hábitos. Sabe de memoria quien soy y no acepta despistes.
Antes de antes ya sabía que nos acompañaríamos hasta los deshielos. Me tironea
sin sutilezas cuando me subo al pedestal. Nunca es más evidente que cuando se
enoja. Más alguna vez nos supimos solos y no dijimos nada. Más de alguna vez
nos supimos cerca y abrimos los brazos. No se rinde ni se detiene. Me quiere
como a un hermano. No sé qué vendrá, ni cuando, pero sé que estarán ahí.
viernes, mayo 23, 2014
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1 comentario:
Que belleza... eso es ... algo parecido al ... amor?
yo no sé.
Pero si me describieran así...
ya pues usted! vuelva!
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