miércoles, mayo 28, 2008

Carta de un tipo incómodo un Sábado en la tarde

Yo debiera decirte que te quiero mucho más seguido, a veces bastaría con murmurarlo suavemente como una caricia casual pero firme, pero que quieres que le haga, uno anda paveando, y entre niños y llaves que no funcionan, uno termina por olvidar que todo cuanto ocurre cada día nos lo debemos el uno al otro. Sí, ya sé que no cuesta nada, pero a veces uno hace cosas que no quiere y no dice cosas que debiera decir, pero que va, hay tantas cosas que uno no hace bien y otras tantas que aunque uno crea que le apuntó, en algún momento igual la caga. No pretendo dármelas de macho francote, no se trata de ahora y en la hora de nuestra muerte, aquí no hay amén que valga, pero este cuento de andar rindiendo examen todos los días y a cada rato como que hincha las pelotas un poco, mal que mal uno también baila la misma cueca, y si mi pañuelo flamea menos que el tuyo que le vamos a hacer. Aclaremos también que hay tanta parafernalia tuya que sólo es pirotecnia, pero por supuesto en la línea de lo correcto, tus ruidos suenan más que los míos, o al menos así parece. Ya no sé cuantas veces dejo tonterías a medias, o torpemente quedo de pie frente a la pantalla con un gol atorado en la garganta, ¿y para qué?, ¿para hacer alguna huevada que parezca útil?, que sé yo, recoger un juguete que lleva dos horas en el mismo rincón, y mientras tú subes y bajas, aprieto cachete a mirar si algún niño habrá parido una buena excusa. ¿Qué culpa tengo yo de que no sepas descansar?, ¿Quién te pidió que lavaras hasta mis sucias intenciones?, ¿No basta acaso con un buen par de calcetines? .
Hay días en los que la vida se pone difícil, mejor dicho en que tú la haces agobiante. Sí, yo también consigo que te sientas como un vampiro con rabia, pero ahora estoy hablando yo. Aún es peor, hay días en uno preferiría masticar vidrio antes que llevar el estandarte de la reconciliación, pero también uno es huevón, huevón y huevón a medias más encima, porque como tengo baja tolerancia a la tensión, no aguanto mucho y me sorprendo buscándote con la mirada, y lo sabes y sonríes de manera altisonante, y yo debiera darte portazos, pero uno es huevón, uno es huevón porque ama, y uno ama porque es lo único que hago medianamente bien. Lo creas o no, mi amor es un homenaje a ti, mis sueños son contigo, mis pesadillas son contigo, mis horas, las malas y las buenas, son contigo, y aún cuando parezca que voy por tus lados a costalazos, cada vez que resumo el día es contigo, no sé si será suficiente, yo definitivamente no doy abasto conmigo y hay días en que debiera decir ciertas cosas, pero me salen otras, y este Sábado de modorras galopantes es sólo otro día más de niños aburridos y llaves que gotean.

martes, mayo 20, 2008

TU OLOR

Del fondo al fruto
luego prohibo
el color.

La escalera
nos obliga al mar
y mi amor
oscila a marejadas,
entre fuegos
y lagunas moribundas.

Al final del amor
no puedo.

Un beso desborda
mis labios
y sigo entumecido
la huella
de tu ombligo.

Arranco muy allá
de todo lo que dije
alguna vez
cuando mis dedos
ignoraban tus rincones.

Hago patria
pido permiso
para encaramarme
en tu olor
y viajar
a secar
los aromas hirvientes
de estos años
morrocotudos.
No olvido
tu olor
ni las musarañas
dibujadas en mi espalda
la noche en que
respire a través de ti.

lunes, mayo 12, 2008

DISCURSO BÚFALOS AGUARDS 2005

Habrá que pagar, y nos pondrán de frente... ya verán...

No soy de fiar. No lo digo como una manera obvia de cautivar a la audiencia. Nada de eso. Lo digo simplemente para que todo lo que diga de aquí en más se tome como de quien viene; un huevón, ni menos ni más.
Hace unos años cuando de espaldas a la chimenea de imperial con una cuchara de palo a modo de micrófono soñaba a ser Lennon - o Mc Artney para evitar discusiones inútiles - y casi todos mis sueños cabían en un puño, no me imaginaba que la vida sería esto. No se piense acá que anticipo un discurso autoflagelante, nada de eso. El ejercicio es ponerle paños fríos al entusiasmo, al depresivo y al autocomplaciente, para que la cirugía que demanda el mirarse el ombligo no mute en fuegos de artificio. En efecto, decir acá que no tengo cuentas pendientes con nadie, sería un despiste morboso y lo que busco son certezas imbatibles. Por de pronto, y sólo por de pronto, vamos a no buscar explicaciones grandilocuentes. ¿ Es esta la vida que soñamos?. Ya sé, la interrogante tiende, propende, conduce, incita, propone la idea de una queja, de un lamento imberbe, pero, y en esto quiero detenerme, contiene también la no despreciable posibilidad de lo otro, de que nuestros sueños se hayan quedado esperando un adjetivo. Porque tal vez esta vida es menos de lo que soñamos, pero ciertamente mejor de lo hicimos para convertirla en soñada. No olvidemos que el sueño eterno como viene se va, en cambio la vida se queda cada día, cada hora, para tomarle el pulso, para renovarle el aire, para soñar otra vez....otra vez.
Entre los restos del naufragio de la memoria suele quedar esa minúscula entelequia que somos nosotros, no todos sino cada uno, atentos a recoger alguna verdad que se disfrace de fe, o verso, o razón, o vaya uno a saber de qué, para que nos alimente ésto que hemos nombrado nuestra manera de vivir.
Como dijo Martí, yo soy un hombre sincero. Las más de la veces un escupitajo sin importancia, las otras me lleva la pena a callar sin morir en el intento, pero tras esa herida que no muestro tiemblan las ganas profanas de vivir por doquier aunque no quede la necesaria moneda en el bolsillo y el decoro humano duerma con el estomago vacío.
Huele bien la vida y hay que salir a darle vida, aunque a veces cueste aferrarse a la orilla y haya que andar inventándole sonrisas al banco, al juez, al inoportuno de siempre o la señora – que es peor – sin tener con qué darle vida a la más mísera de las alegrías.
El dolor del más allá, el heredado, el que tomamos prestado, el que viene a ponerle nombre al día, ese temor que juega a ponernos de rodillas, y nos obliga a vivir en estado de emergencia, es un despiste que ignora que tras el sueño mal habido vive la vida que soñamos esperando que muerto el perro se acabe la rabia, aunque no haya templo donde refugiar nuestros dioses. Por esto y por mucho más, y por cada día que viene y que va, los invito a perderse en la alegría de vivir, porque todo lo que esta abajo pretende subir y viceversa.

viernes, mayo 02, 2008

46

(del año pasado, misma fecha. mismo sujeto, un año más viejo)


Cuatro y seis.
No suman ni restan
vienen aquí a dejar su lastre
vienen no más
en secreto
con el beso musculoso de mi hija.

Cuatro y seis.
Tampoco acompañan
sólo muestran lo que se ve
y dejan alguna alegría inútil,
pero vienen
y vienen a quedarse en este cuerpo.

Cuatro y seis.
Uno que ya anda solo.
Dos que muestra los dientes.
Tres que ronda aún sin saber
Cuatro que reparte besos.


Cuatro y seis.
Seis que buscamos casa.