viernes, agosto 17, 2012

LITURGIA


Antes que las oraciones y los sueños pertinentes
la palabra en vuelo eterno es la liturgia de cada mañana
Un grillo como testigo que anuncia el calor que no aparece
Es que buscar palabras que hablen no se puede con los ojos hechos triza
Las murallas no dan la cara en las mañanas, solo son lo que no está
y la nostalgia puede ser un mar ya recorrido, pero no lo es
Busco un olor que parezca propio en cada hueso que amanece
No recuerdo los nombres de los parientes, pero sí la huella de sus dolores
el paso cambiado de sus risas, la voz tenue de sus genuflexiones
el largo de sus abandonos y el ancho de su ausencia
El café dibuja las mentiras de a una, y despelleja las verdades de un suácate
Mientras miro por la ventana (siempre miro por la ventana)
buscando comprender por qué nos duele algo y siempre cruje el pan tostado
De a poco la mitad de mi se regula sola y el Sol alumbra sin mezquindades mis rincones.
sin embargo la otra mitad navega a oscuras y se orienta con la estrellas que cobijo en las costillas
y recuerdo que las asimetrías me convocan, son altamente adictivas
Bajo el agua helada de la casi montaña que habito
medito en que a esta hora unos enarbolan sus convicciones, otros reflotan sus doctrinas
algunos ruegan por sus certezas y yo, a duras penas, restauro mis dudas
Espero que las tórtolas bajen de sus nidos y se hagan eco de mi pesadumbre
Me pregunto si soy de los mismos: Los descuidados y boquiabiertos, los que no dan pie con bola
o si el estado de emergencia es una trampa eterna que se muerde de a poco
El café tibio y el pan duro me miran con deprecio y aburrimiento
y yo los miro con indulgencia sabedor de lo desechable en el alma de las cosas
La música es la misma, la cama es la misma, la ropa es la misma
pero yo no, hoy tengo una palabra que no encuentro atrapada en su escondite
Y vuelvo a escribir y vuelvo a perseguir al gato que escarba en la basura
Las cosas, los asuntos tendrán que esperar a que Judas traiga vuelto o Pedro hable por cuarta vez
Ese será el truco, el santo y seña exigido para embaucar el desconsuelo
Hecha y rehecha la cama, le dedico un aplauso a cada hijo y pienso en ella
Ya no hay excusa para amar y si la hubo no se oyó, esa es otra palabra recóndita
De aquí a media mañana me habré encantado de la incertidumbre unas tres veces
y bajado de la tristeza del desamor al estupor del amor inútil de un paraguazo
Después de los espejos y las navajas y de haber mirado otra vez por la ventana
ya no estoy. Hoy tengo una palabra que no encuentro atrapada en su escondite
Una palabra a secas con un poco de esto y otro poco de eso
que merodea con los nudillos como pájaros inventados importunando a las puertas
El vocablo y sus letras quietas y ausentes refugiadas en una boca que canta sin saberlo
La palabra que una vez fue simplemente un impulso, una cama donde se acaba de amar
En la palabra que mira y en la palabra que toca habita mi sombra.

2 comentarios:

Ismael Rivera dijo...

Qué bueno es volver a leer tus poemas. Se me estremeció el alma con los versos de este poema. Está cargado, está doliente, está del alma. Desde el ritmo hasta la articulación del sentido. Un abrazo grande estimadísimo Carlos.

Carlos Bennett dijo...

Gracias Isma. Es lo último que escribí.
Un abrazo