jueves, noviembre 23, 2006

TRAICIÓN

El 15 de Agosto de 1983, sin saber cuando ni como, sellé una parte de mi vida e hice de la nostalgia y la culpa un hábito perenne. Ese día entre maquetas, planos y bocetos que me importaban tanto como la reproducción de los elefantes, besé a quien no debía, mejor dicho me dejé besar, lo que es peor, y me sumergí en la traición. No pretendía nada, apenas una mañana de grata compañía. Un rato para divagar entre mis carencias y un par de ojos que me obligaban a mirar para otro lado. Ella era a ratos un ser de otro mundo que engendraba en mí fantasmas nuevos, o antiguos que a estas alturas viene a ser lo mismo. Descubrí en su mirada una voz que creía perdida y como un animal maldito que busca la muerte terminé por rendirme dulcemente a sus labios. Yo no quería, mejor dicho no vislumbraba ni remotamente la chance de perseguir su beso tierno, sin embargo no luché y menos aún rechacé la propuesta que saltó por mí como un deseo condenado a perderse para siempre en la boca chueca del que sabe que enarbola el desamparo. Cuando me detuve a respirar ese aire que me devolvió la vergüenza fétida del culpable, ya era tarde, y claro, el afán era un dolor fugaz pero implacable que supo con certeza que todo se iba al carajo en el instante mismo en que decidí que con ella seguía hasta que se terminara la culpa o perviviera el amor. Eso sí, creí oportuno enfrentar los hechos y aceptar en público que algo no esperado estaba pasando entre ella y yo. Mala idea urgir con la buena voluntad a quien sospecha que algo anda a los tumbos. Se prendieron todas la alarmas y no quedó por donde levantar una excusa, menos una razón poderosa,. El daño, esa herida que hierve en el hipotálamo, ya ocupaba todos los rincones y el goce de amar fue apenas un refugio sin horizonte, una inocencia torpe que no cabía en el perdón. Y así fue no más, de las copas llenas pasé al espanto de la traición que me acompaña hasta hoy.

1 comentario:

Senén dijo...

Interesante escrito que deja al lector con la duda de si se trata de una autotraicion - traicion a la soledad deseada o a su propia independencia al haber encontrado un puerto donde atar amarras - o una traicion a una pareja anterior que habria quedado tambien en la vida junto al nuevo amor que aparece con apariencia de experiencia sexual transitoria.
NO se si intentaste sembrar esa duda o asi te salio.
Seguramente no entendí un carajo de lo que pusiste y agarré para el lado de los tomates.
Me desnorteó en especial el final, eso de las copas llenas al espanto de la traicion...
Pero usté sabra.
Se lee bien y sin tropiezos.
Saluti tanti
Senén