jueves, febrero 28, 2008

Declaración de fines

Nada me importa menos que la muerte.
No le doy importancia al orgullo como trinchera.
El sexo me involucra, me llama al desorden.
Los que tropiezan me convocan más que los incólumes.
Mi cuerpo es un espejismo sumamente real.
No comulgo con la bondad; me estorba.
La porfía me conmueve tanto como el sexo oral.
La desobediencia me asombra de pura cobardía.
Detesto la corrección, me parece incorrecta.
Colecciono tristezas ajenas; la memoria no guarda alegrías.
Mi fin justifica los medios y el resto es mentira.
Yo he negado tres veces... y que.
La ideas llegan siempre antes que la cabeza que las cobija.
Tengo mi honra intacta y me ha costado muchas apariencias.
Administro la buena fe y no me fío de nadie.
De la boca para afuera, sólo tengo el mal aliento.
Las amo a todas, pero opté por una sola.
Al primer descuido pierdo la cordura.
Un par de buenas tetas, es mi mayor anhelo.
Mis principios duran hasta que se acaban.
No respeto las ideas, las combato.
Todo me sienta bien salvo la risa inoportuna.
Si parezco insolente es absolutamente necesario.
No creo en nada...creo en todo.
He sido precoz de largo aliento muchas veces.
El tamaño sí importa, el mío es importante.
Simplemente estas cosas, hay que decirlas alguna vez.
Ante cualquier fruta prefiero un pezón.
Valoro que me escuches, pero por favor cambia la cara.
Recién comienzo, soy un testaferro de mi mismo.
Que lo voy a hacer, me gusta perder el tiempo.

lunes, febrero 25, 2008

DES-NUDO

Un nudo navega dislocante dentro de mi,
se aloja por días cortos en mi estómago
y habita, individuo feroz de la guerra del oro.
Un nudo parsimonioso en mi sesera rimbombante
se entrelaza con mis memorias y mis fuegos,
agobia razones y principios históricos.
Un nudo amarillo se instala con camas y petacas,
entre mis músculos y mis sangrías de siempre,
se deja caer con amante y over-all...

hasta que limpie (de mis ojos)
la luz de los tuyos.