sábado, marzo 21, 2009

CONTRAMANO

Nacer
no era malo
ni inesperado
lo que vino
a contramano
fue
la mueca
que le dejó
sabores impertubables
en cada
soplo de los labios
y
supo que
la huella
que se asomaba
entre tanta
sonrisa cómplice
sería
el final
de las campanas
y el vislumbre
de
cuanto dolor
quedaba
por inventar.